07 diciembre 2004

- No es cuestión de suerte-



Borniolli se había salvado por un derechazo
de suerte esa noche y todo el publico lo sabia.
Cuando le elevaron las manos al aire la gente
abucheo y el chico italiano no les hizo reproche
alguno. El sabia que había peleado como una gallina.
Bajo del cuadrilátero y Vincent lo esperaba con
un franela húmeda. Mientras los dos cruzaban el
lugar hacia los bastidores Vincent lo felicitó ;

-Ha sido una buena pelea Borniolli.¡¡Felicitaciones!!–

-No digas esa mierda Vincent, no es una buena
pelea cuando el enemigo es demasiado débil.– respondió B.

-Ahh siempre menospreciándote Bon. No lo
entiendo, solo tu eres el que te considera
una basura, mira a tu alrededor y te daras
cuenta que no es asi. – le dijó Vin

-Bueno Vincent dejemos de hablar sobre mi.
talves solo necesito un cigarillo.- concluyó Borlioni


Vincent sacó de su saquillo una cajetilla
de suaves y se los arrojó a Borniolli que
estaba reposando en la orilla de una banquilla.

-Olvidémonos de los golpes Vin, estoy en un
verdadero problema. Yo no debia noquear a ese hijo de puta.–

-Como no muchacho ? Mi madre que esta invalida
en silla de ruedas sabe pelear mejor que ese
come-mierda que dejaste tirado haya atrás. – dijo Vincent

-Sabes de lo que hablo Vin. Todo esto estaba
arreglado y yo no he seguido las reglas del juego. –

-Que importan las reglas muchacho? Has ganado
y ahora eres rico y famoso por todas estas tierras.-

-Quieren que bailes como ellos dicen Vin,
son hombres peligrosos y tu sabes lo que esto
puede significar. Ni porque les de su dinero me dejaran con vida. –

-Bueno dales el doble hombre y así estarán satisfechos.-

-¿¿¡¡No lo entiendes Vin !!?? No es cuestión de dinero.-

El muchacho boxeador tiró los guantes al
piso, le dió una buena calada al cigarrillo
y se encaminó hacia la puerta.

-Borlioni, muchacho, a donde vas ? –

-No lose Vin, no te lo puedo decir,
no estoy seguro aquí ni tu tampoco,
debemos desaparecer de esta ciudad. –

-Bueno muchacho déjame acompañarte. Nueva York
es una ciudad llena de sicópatas y no lo creerás
pero tengo varios contactos fuera de aquí
que nos podrían caer en mano.-

-Bien. No empacaremos nada. Dejaremos todo aquí
tal como esta, como si hubiéramos muerto Vin.-

-Muertos vamos a estar si no sacamos
tu italiano trasero de esta ciudad.-



Vincent y Borlioni hicieron su salida por
la puerta de atrás; por donde nadie desfilaba.
Ninguno de los dos tenia nave. Los dos eran
peatones de día y parásitos por las noches.
Caminaban por el estacionamiento, eran las 11
de la noche y la obscuridad dominaba la ciudad.
Vin paró al ver que uno de los autos del
estacionamiento tenia una ventana bajada.

-¿ Se puede saber que haces Vin ?- preguntó Borlioni

-Intentando abrir esta nave. Porque si crees
que arriesgare mi negro trasero a las calles te equivocas.-

-Chá, Vin de cualquier manera te camuflajeas
en la noche, dudo que algun racista o ladron
se de cuenta de tu presencia.-

-No empieces con esos chistesitos muchacho,
no estoy de humor para soportar esa mierda.-
respondió Vin con un tono un poco rigido

-Bueno disculpa, abre el carro de una vez.-


El seguro se doblo y la tranquera del copiloto se abrió.
Los dos sonrieron volteándose a mirar el uno al otro y
aunque los dos estaban nerviosos por la posibilidad de
que algún pandillero los tomara de blanco disfrutaron
el momento.Treparon los dos al automóvil. Vin en el
asiento del conductor, el conocía mejor la ciudad.
Arrancó el auto y salió del aparcamiento. No sabían
a donde se dirigían, pero de alguna forma consiguieron
llegar a la carretera.

-¿Y que hay después de esto Vin? – pregunto Borlioni
que miraba silencioso a los demas coches que los rebasaban.

-No me lo preguntes a mi muchacho,
tu eres el perseguido.- le respondió Vin casi riendo

-Vin si me persiguen a mi lo mas posible
es que tambien te quieran atrapar a ti.-

-Bien, lo se, por eso estoy aquí hombre.-


Continuaron rondando en las arterias de la
ciudad mientras la luna alumbraba el camino,
hacia un destino desconocido, mientras
pasaban las luces destellantes de los autos
que flasheaban los ojos de Vincent, mientras
en la emisora radiofónica escuchaban a
Miles Davis,mientras los apostadores timados
se preguntaban donde estarían este par de
bastardos y ellos reían de la vida, de la vida
que les había tocado a cada uno, de la vida
de los estafados y la de ellos en la que
por fin habian dado su gran derechazo de suerte.

1 Comments:

Blogger Jorge Pedro said...

primera vez por aquí y me gustó. saludos.

5:34 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home


Which 1990's Subculture Do You Belong To?

[Another Quiz by couplandesque.net]
eXTReMe Tracker