El viejo pescador de botas borrachas

Ernest se levanta a la madrugada,
siente que este será su buen día,
Ernest es un pescador aunque
mas que nada saca botas rajadas
y esto solo cuando algunos borrachos
se caen al lago en medio de sus pedas.

Pero Ernest hoy sonríe al espejo,
toma su palo de pescar que hizo
con los restos de una escoba y
toma camino al lago en su vieja
carcacha azul.

Al llegar al lago
Ernest toma su pequeña
y destartalada barquita
y llega hasta el centro
del lago donde el agua
llega mas profundo.

Amarra una lombriz
al extremo de su caña
y se sienta a esperar
a los peces mientras
toma unas cervezas
que su mujer le habia
montado en el coche
la noche pasada.

Empieza anochecer,
los mosquitos salen a comer,
Ernest se da por vencido,
tira sus esperanzas al agua
donde pirañas las destrozaron
y regresa a la tierra.


Llega a la casa mirando los rostros
de su mujer y su hija que lo esperan
a la entrada de su pequeña cabaña
y se le escapa una lagrima que limpia
con su pañuelo verde antes de bajar
del automóvil.

Ernest sale del auto con la cara baja.
Su mujer lo nota, su hija lo nota,
hoy sera otra cena de pan y abichuelas.